Esta mañana, me sorprendió ver en el buzón una carta de Tráfico, ¡Era el carnet de conducir!, ya ni me acordaba, me imaginaba q tendria q pasar por la autoescuela a preguntar si sabian algo, caramba cuanto tardan en enviarlo a casa.
Pero es nuevo, reluciente y ha sido mi mejor regalo de Reyes, buff lo q me ha costado, 33 clases prácticas, sé q son muchas pero han merecido la pena, los examenes de teoría y práctica aprobados a la primera.
Aunque llevaba mucho tiempo matriculado, demasiado, esta demostrado q hasta el más inutil (yo) puede conseguir el carnet de conducir en 4 meses (Septiembre-Diciembre).
Así le conte mi "azaña" a los compañeros de clase:
Entre nervios y cagalera, estaba esperando q me viniese a buscar Manolo, ese hombre de pelo plateado, con innumerables horas de viaje y muchisimos más innumerables litros de combistible consumidos; allí apareció con su flamante Nissan Almera:
-"Sube que te monto".-
y montamos, montamos. Esperando enfrente de tráfico, los segundos parecian minutos y los minutos parecian... pues minutos q narices... Esperamos a la examinadora, Carmen se llamaba... ese nombre q haria estremecerse de pánico al más valiente entre los valientes. Saliamos desde el Centro Comercial Hipercor, y allí estuvimos esperandola otra vez, a q terminase de examinar a alguien (nunca supe cual fue la suerte de aquel examinado...). Eran las 9:05; me ofrecí voluntario para salir el primero, queria acabar con aquella pesadilla de una vez por todas. Regulé todo, el asiento, los espejos, los pañales... y nos pusimos en marcha. Sin prisa, arranqué el motor, pie en el freno y levanté el freno de mano, pisé el embrague, primera... interminente... todo mio... una vez alli sentado, no sentia nervios, habia hecho todo aquello 33 veces y esta vez Manolo iba a mi lado, pero con la boca cerrada, y eso em daba mayor tranquilidad...
Todo el tiempo por el centro de la ciudad, me mandó estacionar a las 9:15, el aparcamiento que vi, no era un hueco, aquello era un zulo y aun asi conseguí meter el coche en menos de 2 minutos (algo asi no lo consigo hacer otra vez en mi vida); sali de alli para reanudar la marcha. Eran las 9:20 cuando un semaforo se puso en ambar, pero me dije: -"NO, no puedo parar, no me dá tiempo y causaré un apocalipsis inhumano" Me detuve en el siguiente q estaba en rojo, y al reanudar la marcha, la terrible y maligna mujer examinadora dijo:
-"Haga una parada en doble fila; inmovilice totalmente".
Y yo pensaba:
-"Buffff, la cagué en el puto semaforo y me va a joder un webo tener q volver a hacer el examen"
Cambié de asiento con la chavala q se iva a examinar después mio; se le caló el coche un par de veces y se paró en medio de un paso de peatones a esperar q se pusiera en verde el semaforo. Tuvimos q esperar a q examinara al otro chaval; a las 9:50 apareció el coche a la lejania, la paisana se bajó y escapó sin decir nada (creo). Nos montamos en el coche y le dije a Manolo:
-"Y yo qué?"...
Me pegó un ostión en la pierna y me dijo:
-"Planchao, me dejaste acojonao"-
Y yo pensaba:
-"Tan peligroso soy al volante?"
- "Ni un fallo tuviste, ¿qué voy a hacer ahora sin ti por las mañanas?; muchas broncas te eché, pero hoy aluciné".
Nos dejó frente a la autoescuela, yo entré para saludar a Nuria, la profesora de teoría, muy lejanas me parecian ya aquellas clases... (y por supuesto, también entré para q me diese la "L").
Ahora... solo me hace falta el coche...
Pero es nuevo, reluciente y ha sido mi mejor regalo de Reyes, buff lo q me ha costado, 33 clases prácticas, sé q son muchas pero han merecido la pena, los examenes de teoría y práctica aprobados a la primera.
Aunque llevaba mucho tiempo matriculado, demasiado, esta demostrado q hasta el más inutil (yo) puede conseguir el carnet de conducir en 4 meses (Septiembre-Diciembre).
Así le conte mi "azaña" a los compañeros de clase:
Entre nervios y cagalera, estaba esperando q me viniese a buscar Manolo, ese hombre de pelo plateado, con innumerables horas de viaje y muchisimos más innumerables litros de combistible consumidos; allí apareció con su flamante Nissan Almera:
-"Sube que te monto".-
y montamos, montamos. Esperando enfrente de tráfico, los segundos parecian minutos y los minutos parecian... pues minutos q narices... Esperamos a la examinadora, Carmen se llamaba... ese nombre q haria estremecerse de pánico al más valiente entre los valientes. Saliamos desde el Centro Comercial Hipercor, y allí estuvimos esperandola otra vez, a q terminase de examinar a alguien (nunca supe cual fue la suerte de aquel examinado...). Eran las 9:05; me ofrecí voluntario para salir el primero, queria acabar con aquella pesadilla de una vez por todas. Regulé todo, el asiento, los espejos, los pañales... y nos pusimos en marcha. Sin prisa, arranqué el motor, pie en el freno y levanté el freno de mano, pisé el embrague, primera... interminente... todo mio... una vez alli sentado, no sentia nervios, habia hecho todo aquello 33 veces y esta vez Manolo iba a mi lado, pero con la boca cerrada, y eso em daba mayor tranquilidad...
Todo el tiempo por el centro de la ciudad, me mandó estacionar a las 9:15, el aparcamiento que vi, no era un hueco, aquello era un zulo y aun asi conseguí meter el coche en menos de 2 minutos (algo asi no lo consigo hacer otra vez en mi vida); sali de alli para reanudar la marcha. Eran las 9:20 cuando un semaforo se puso en ambar, pero me dije: -"NO, no puedo parar, no me dá tiempo y causaré un apocalipsis inhumano" Me detuve en el siguiente q estaba en rojo, y al reanudar la marcha, la terrible y maligna mujer examinadora dijo:
-"Haga una parada en doble fila; inmovilice totalmente".
Y yo pensaba:
-"Buffff, la cagué en el puto semaforo y me va a joder un webo tener q volver a hacer el examen"
Cambié de asiento con la chavala q se iva a examinar después mio; se le caló el coche un par de veces y se paró en medio de un paso de peatones a esperar q se pusiera en verde el semaforo. Tuvimos q esperar a q examinara al otro chaval; a las 9:50 apareció el coche a la lejania, la paisana se bajó y escapó sin decir nada (creo). Nos montamos en el coche y le dije a Manolo:
-"Y yo qué?"...
Me pegó un ostión en la pierna y me dijo:
-"Planchao, me dejaste acojonao"-
Y yo pensaba:
-"Tan peligroso soy al volante?"
- "Ni un fallo tuviste, ¿qué voy a hacer ahora sin ti por las mañanas?; muchas broncas te eché, pero hoy aluciné".
Nos dejó frente a la autoescuela, yo entré para saludar a Nuria, la profesora de teoría, muy lejanas me parecian ya aquellas clases... (y por supuesto, también entré para q me diese la "L").
Ahora... solo me hace falta el coche...